CLASE II CON CARA CORTA
Dentro de las deformidades dentofaciales en nuestro medio las caras cortas no son especialmente frecuentes.
Estos pacientes se caracterizan por un tercio inferior corto, un ángulo mento-labial muy marcado lo que da una sensación de cara triste o enfadada.
El maxilar superior verticalmente es corto, lo que provoca una falta de soporte en el labio superior como ocurre en las personas de la tercera edad y por lo tanto visualmente nuestra cara luce más años de los que realmente tenemos.
El caso que os presentamos hoy reúne muchas de las características que os hemos mencionado anteriormente. El paciente como podéis ver tenia tanto el maxilar superior como la mandíbula retrasados, con ese fenotipo convexo tan característico de las clases II. El maxilar superior tan corto provocaba que en reposo fueran los incisivos inferiores los que quedaban expuestos en vez de los superiores, provocando que cuando el paciente sonreía apenas hubiera exposición de los dientes inferiores. Además, la distancia tiro-mentoniana tan corta hacia que no hubiera una línea mandibular marcada y diferenciada del cuello.
El maxilar superior verticalmente es corto, lo que provoca una falta de soporte en el labio superior como ocurre en las personas de la tercera edad y por lo tanto visualmente nuestra cara luce más años de los que realmente tenemos.
El caso que os presentamos hoy reúne muchas de las características que os hemos mencionado anteriormente. El paciente como podéis ver tenia tanto el maxilar superior como la mandíbula retrasados, con ese fenotipo convexo tan característico de las clases II. El maxilar superior tan corto provocaba que en reposo fueran los incisivos inferiores los que quedaban expuestos en vez de los superiores, provocando que cuando el paciente sonreía apenas hubiera exposición de los dientes inferiores. Además, la distancia tiro-mentoniana tan corta hacia que no hubiera una línea mandibular marcada y diferenciada del cuello.
Nuestro plan para resolver este caso consistió en aumentar la dimensión cervical del maxilar superior además de avanzarlo, junto con un avance mandibular y mentoplastia. Con estos movimientos podéis ver como ha aumentado la altura total de la cara haciendo que los tercio faciales se normalicen, el cambio en la sonrisa es más que evidente, podéis ver como se aumenta notablemente la altura de diente en la sonrisa y se marcan mucho menos los surcos nasogenianos. Es destacable también la mejora de la línea mandibular inferior con una mejor diferenciación de la misma del cuello.